jueves, 12 de noviembre de 2009

Vuelta a la actividad

Luego de un prolongado receso, vuelve el blog preferido de todos los cuervos.

Entre 2008 y la primera parte de 2009 se produjeron un par de grandes desilusiones, pero, fiel a su estilo, el hincha del Ciclón no pierde las esperanzas y todavía mira con ilusión la posibilidad de lograr el campeonato en este último semestre del año.

Si bien el presente no es bueno, ya que venimos de quedar afuera de la Copa Sudamericana y de una dolorosa derrota frente a Banfield, nuestro equipo no se ubica lejos de la punta, ya que sólo 6 puntos nos separan de Newell's y el ya mencionado equipo del sur del Gran Buenos Aires.

Con el burrito Rivero como motor de este equipo, y esperando por la vuelta de su lesión del Pipi Romagnoli, esperamos, cuanto menos, lograr un pasaje a la Copa Libertadores 2010, meta que siempre nos fue esquiva, pero que cualquier cuervo no deja de tener en cuenta a la hora de esperanzarse a la hora de pensar en el futuro.

martes, 16 de octubre de 2007

¡Qué amargura!



El sentimiento de frustración con que el hincha de San Lorenzo se fue del Nuevo Gasómetro marcó a las claras una realidad: anoche, el equipo perdió el último tren del campeonato. Estuvo a cinco minutos de una victoria reparadora tras la caída ante Boca, pero el gol de Ignacio Piatti le dio a Gimnasia la igualdad que ya de entrada miró con buenos ojos.

San Lorenzo, al cabo, terminó pagando su falta de convicción, de convencimiento. Trató de aferrarse a la ventaja que había conseguido en el primer tiempo pero la apuesta le salió mal. Y sigue demasiado lejos de la punta: Independiente le lleva siete puntos, que podrían ser diez si hoy le gana a Newell's en Rosario.

Los dos salieron con dibujos tácticos similares (4-4-2). La diferencia fue que San Lorenzo asumió la iniciativa, favorecido por la actitud cautelosa de un Gimnasia que salió a esperar. Pero San Lorenzo tuvo un problema fundamental: le costó mucho saber qué hacer con la pelota. La trató con paciencia, la cuidó, evitó caer en el facilismo del pelotazo. Lo que no logró fue darle sentido de profundidad porque careció de jugadores que la supieran manejar con criterio.

Así, entre un San Lorenzo que intentaba pero no podía y un Gimnasia al que le quedaba cómodo el empate, el desarrollo era chato, carente de brillos.

El equipo platense lograba generarle algunas dificultades por el sector derecho, allí donde Sergio Leal le ganaba el duelo a Aureliano Torres. Una escapada de Leal, precisamente, desembocó en la jugada más peligrosa antes de la apertura. El uruguayo mandó un centro, Agustín Orion alcanzó a manotearla como pudo, Matías Escobar le dio de derecha y Gastón Aguirre alcanzó a despejar el peligro.

Cuando Jorge Ortiz puso el 1 a 0 a los 30, San Lorenzo lo merecía, no por estar jugando bien pero sí por ser el que más lo buscó. El Marciano recibió un balón a la altura del área grande, levemente inclinado hacia la derecha, y sacó el derechazo que se transformó en gol con la complicidad de Sebastián Cejas.

La desventaja hizo reaccionar a Gimnasia, que desnudó algunas flaquezas en el fondo de San Lorenzo en base a centros que causaron bastante zozobra en el área local. Pero la chance más clara que tuvo la visita para llegar al empate en aquel primer tiempo fue el tiro libre de San Esteban que le quemó las manos a Orion.

Bernardo Romeo pudo haber puesto el 2 a 0 en una contra, pero Cejas le tapó su entrada.

El nivel del segundo tiempo decayó todavía más. San Lorenzo optó por regular y Gimnasia fue el que tuvo la obligación de ir, aunque careció de ingenio para buscar el arco rival.

A los 18, Falcioni modificó el dibujo con el ingreso de Luciano Aued por Yedro: rompió el doble cinco y Batalla pasó a la posición de enganche. Ya sobre los 37, el técnico volvió a mover el banco y Piergüidi entró por Batalla. Y tres minutos después, Ignacio Piatti enganchó ante un rival y sacó un derechazo desde afuera que se metió junto al palo izquierdo de Orion.

Y la gente de San Lorenzo, que con el triunfo parcial había dejado de cantar contra Huracán para volver a ilusionarse con la chance del título, quedó envuelta en otro desencanto por esa victoria que se escapó de las manos.

sábado, 6 de octubre de 2007

Perdimos con nuestros hijos

Se suele decir, con cierta razón, que un jugador no puede valer tanto como un equipo, que no existen las figuras imprescindibles. A menos que se llame Diego Maradona, por ejemplo. O que en un escalón más abajo, entre los necesarios,se inscriba a Juan Román Riquelme. Después están los que hacen sentir sus ausencias notoriamente, los que el equipo extraña cuando no están y el funcionamiento se resiente. En esta columna figura, sin dudas, Rodrigo Palacio. Un curioso accidente lo dejó afuera de dos partidos. En el primero Boca quedó eliminado de la Copa Sudamericana al perder con San Pablo. En el segundo hubo una derrota en el Apertura ante Newell's, en Rosario. Pero no sólo fueron las caídas. El equipo, que no había armado actuaciones brillantes con regularidad en este torneo pero que tenía en su veloz habilidad y en su astucia un recurso clave, pasó a ser un híbrido, de juego lento y previsible, sin variantes ofensivas.

Volvió Palacio ante San Lorenzo y la cara de Boca cambió. No produjo deslumbramientos, es cierto. Pero se pareció a un equipo más compacto, con buenas intenciones de ataque. Porque con sus movimientos simples y profundos Rodrigo rompió por derecha y por izquierda. Desbordó, llegó hasta el fondo, mandó centros hacia atrás, los valiosos, y recibió infracciones que posibilitaron una buena cantidad de tiros libres favorables. Y, de alguna manera, también produjo el contagio. A Hugo Ibarra, por ejemplo, que levantó su rendimiento a la altura de su aptitud de excelente marcador y sobrio jugador. A Ever Banega, que recuperó el protagonismo. Y a Martín Palermo, que supo que algunas pelotas llegarían exactas para la aplicación de su cabezazo, como en el segundo gol, en el que el balón rebotó en el travesaño y pegó en Méndez antes de introducirse en el arco.

Al cabo, ganó Boca y ganó bien. Frente a un San Lorenzo que no se pareció en nada al campeón del Clausura. Claro, dio una ventaja fundamental el cuadro de Ramón Díaz: su orfandad de delanteros. Desgarrados Gastón Fernández y Romeo, suspendido Silvera, sólo pudo disponer de Menseguez para que cumpliera funciones de atacante neto. Entonces, armó una convención de volantes que -más allá de algunos aciertos de Osmar Ferreyra- muy pocas veces pudo tomar el control de la pelota en el medio.

No fue un partido de grandes destellos, está dicho. Pero muy pronto se vio que Boca tendría el protagonismo. Porque San Lorenzo pareció pagar exageradamente las ausencias de sus delanteros principales. Desde la seguridad y la búsqueda de Ibarra, desde sus encuentros con Palacio, nacieron por la derecha las oportunidades más claras. Y fue un espléndido zurdazo del marcador -luego de una pared con Ledesma- el que obligó a Orion a una esforzada atajada. Las chances de San Lorenzo se reducían a algún disparo de larga distancia. Como ése que ensayó Jorge Ortiz a los 20 minutos y desvió Caranta en una intervención espectacular.

El primer gol se produjo a los 36. Neri Cardozo se quiso parecer al volante desequilibrante de sus mejores tiempos. Encaró por la izquierda en zigzagueo y lanzó un centro de zurda para que Palermo hiciera lo que sabe hacer: cabecear con potencia y precisión. La cruzó al palo derecho y dejó sin defensa a Orion.

Los visitantes salieron con más decisión de ataque en el complemento, pero sin variantes tácticas. Se adelantó Rivero y los tiros libres de Ferreyra traían cierto riesgo. Como ése que tras un salto de Morel produjo otra gran atajada de Caranta. Pero pronto llegó el segundo. El centro de Palacio, el cabezazo de Palermo y el rebote fatídico de Méndez. Y pareció partido definido. Porque nada le aportaron los cambios a San Lorenzo. Ni a Boca. Sólo que Palacio, con campo abierto, fue peligro latente hasta el final.

Un jugador no hace un equipo, claro. Pero influye en su rendimiento. Por él y por algunos de los otros. Palacio lo demostró y Boca volvió a sonreír.

domingo, 30 de septiembre de 2007

Nos acercamos, lamentablemente, gracias a un chorro

Bueno, le ganamos a Argentinos con ayuda del corrupto ladrón de Laverni (ojalá no dirija más), aunque podríamos haber triunfado igual, sin esa ayuda, más dignamente, pero bueno, así es el arbitraje del fútbol argentino hoy en día. A continuación, una mirada más objetiva del partido:

San Lorenzo sigue subiendo de a poco
Le ganó 2 a 1 a Argentinos Juniors en el Nuevo Gasómetro y a partir de sus últimas actuaciones mantiene viva la ilusión de defender el título. Abrió el marcador con un cabezazo Silvera, quien después se fue expulsado por una patada a Pereira. Ortigoza y Ferreyra, ambos de penal, ambos de penal, anotaron en un partido que tuvo mucho ritmo. También recibió la roja Fleitas.

En la previa, había promesa de buen fútbol esta tarde en el Nuevo Gasómetro. Es que San Lorenzo venía de una levantada con victorias consecutivas conseguidas sobre Tigre y Central, mientras que su rival de turno, Argentinos Juniors, llevaba cinco partidos sin perder (tres triunfos y dos empates). Las primeras acciones en ataque fueron para el local, que se calzó el traje de dominador y salió a hacer el juego que más le convenía. Así, desbordando por los costados, fue que llegó la apertura del marcador. Cuando el reloj sólo indicaba cuatro minutos, un tiro libre desde la izquierda impactado por Adrián González quedó justo en la cabeza de Andrés Silvera, que se adelantó a su marcador y anotó el 1-0. Delirio del público cuervo que ya se pensaba en una diferencia mayor. Unos minutos después, el equipo de Ramón Díaz volvió a tener la chance de poner el segundo. Osmar Ferreyra tiro un centro desde la derecha buscando la cabeza salvadora de Sebastián Méndez, pero el arquero Juan Carrera, que reemplaza a Nicolás Navarro (suspendido), despejó el peligro con lo justo. Con San Lorenzo dominando el juego fue como Argentinos sorprendió. Cabrera le ganó a Ferreyra la marca y recibió solo un pase preciso de Ortigoza, pero el volante del Cuervo se recuperó y consiguió mandar la pelota al córner. Desde ese tiro de esquina fue que llegó el alivio para la visita. Delorte pidió mano de Méndez y no se equivocó. El árbitro le dio la derecha y Ortigoza fue el encargado de cambiarlo por gol, a los 12 minutos. Empate y augurio de más tantos. El partido continuó tan vibrante como en el inicio. Tanto los del Pelado como los de Gorosito se preocuparon por el arco de enfrente y generaron situaciones peligrosas en todo momento. Por ejemplo la que tuvo Gabriel Hauche sobre el final del encuentro, cuando su esquinado remate (de pecho) fue despejado por Agustín Orión en lo que fue una de las grandes atajadas del duelo.Un minuto más tarde llegó la bronca del público local cuando vio a su goleador, Silvera, envuelto en una expulsión, para ellos, injusta. El Cuqui le cometió una falta fuerte a Pereira por lo que Saúl Laverni le mostró (correctamente) la tarjeta roja. Argentinos salió con todo para llevarse por delante a San Lorenzo en el segundo tiempo. En sólo cinco minutos tuvo dos grandes chances de ampliar el marcador, y de a poco se hizo dueño del manejo de la pelota. Sin embargo, a sus delanteros les faltaba la precisión mínima para llegar al 2-1.San Lorenzo parecía perdido en la cancha. No le encontraba la vuelta al planteo impuesto por el conjunto de Gorosito y no entendía de qué manera entrarle a la defensa del Bicho. Así, fue dejando espacios para el regocijo de los pibes rápidos que tiene el conjunto de La Paternal. Pero a Argentinos siempre le faltó la última puntada y fue relegando su lugar de dominador para cedérselo al local, que se hizo más fuerte cuando se fue expulsado en el Bicho por doble amarilla Leandro Fleitas, a los 22 minutos.A partir de esto, el Santo creció y uno de sus jugadores clave, Ferreyra, buscó incesantemente el gol mediante tiros libres. Aunque recién se le dio a los 31 minutos, y no justamente a través de esta clase de jugada de pelota parada, sino de penal. Laverni fue el encargado de cobrarlo, a pesar de que se vio cuando le decía "Me equivoqué" al juez de línea, quien ya le había informado que él no había visto la infracción. Además, la repetición en la televisión dejaba la supuesta falta del arquero Carrera como muy dudosa, rayando el límite de lo inexistente. Al Malevo poco le importó, y no falló en su definición a la derecha que puso a su equipo 2-1, a poco más de diez minutos del final.Tranquilo por la ventaja, San Lorenzo intentó mantener la pelota y hasta buscó el tercero, en el tiempo de descuento, cuando Ferreyra arrancó un contraataque desde la izquierda y le puso un gran pase a Menseguez, que eludió al arquero y cuando se decidió a definir mandó la pelota afuera. Con este triunfo, el equipo de Ramón Díaz sumó su tercera victoria consecutiva y llega entonado al choque del miércoles frente a Boca. En tanto, Argentinos perdió el invicto de cinco partidos, aunque se mantiene expectante en la tabla de posiciones (6º).

domingo, 23 de septiembre de 2007

Un par de lesiones más y van...

Pese a los tres puntos que aún mantienen la ilusión del bi, el campeón volvió muy mal herido de Rosario. Es que tanto Gastón Fernández como Bernardo Romeo sufrieron lesiones musculares. El caso de La Gata es el más complicado: mañana le harán una resonancia para determinar si hay rotura fibrilar en la zona inguinal. Cuentan que al ex River y Racing tuvieron que llevárselo en andas del Gigante de Arroyito porque no podía caminar. En cuanto a la situación de Bernie, el médico Rafael Giulietti, en los vestuarios, deslizó que, en principio, también se trataría de un desgarro...

Lo concreto es que Ramón Díaz perderá a dos delanteros de lujo no sólo para el próximo partido frente a Argentinos. También están out para el clásico con Boca, que se jugará en La Bombonera el miércoles 3 de octubre.

Fernández se lesionó a los 5 minutos luego de intentar quedarse con una pelota cayó desplomado cerca del círculo central. Fueron 4 los minutos que Romeo hizo ejercicios precompetitivos. "Entré frío", se sinceró el goleador. Y antes de cumplir la media hora en el campo de juego se repitió la escena: Romeo arrancó una carrera y se quedó clavado...

El reemplazante será Juan Carlos Menseguez, quien no está del todo bien (problema lumbar). Otros soldados que no estarán ante Argentinos son Diego Rivero (desgarrado) y Santiago Hirsig, suspendido por amarillas.

Otro triunfo ante Central: nos acercamos

Nuvamente, la victoria según Clarín:

R. CENTRAL 1 - SAN LORENZO 3 : APROVECHO SUS MOMENTOS EN ROSARIO Y CONSIGUIO SU SEGUNDO TRIUNFO CONSECUTIVO

San Lorenzo volvió a ganar y ya no ve la punta tan lejos

Silvera, Méndez y Hirsig hicieron los goles. Por ahora está a 5 puntos de los líderes.
PRIMERO, SILVERA. EL CUQUI ABRIO LA CUENTA DE CABEZA, TRAS CENTRO DEL MARCIANO ORTIZ. SAN LORENZO FESTEJO EN ROSARIO Y QUIERE MAS.

Lejos, bastante lejos está San Lorenzo de aquella solidez matizada con algunos brillos, de aquella versión de equipo que lo llevó a ser campeón del Clausura ayer nomás. Por algo ha venido sufriendo con la tabla y con los resultados. Y ayer no mostró ninguna mejoría importante. Pero ya se sabe, cuando no se puede jugar bien, no vienen mal los triunfos para ir retemplando el juego y la confianza. Por eso el 3-1 le sirve al equipo de Ramón Díaz. Después de todo, es su segunda victoria seguida y ahora, con 14 puntos, no mira tan de lejos la punta.

Este San Lorenzo pálido llegó a Rosario a enfrentarse con Central, un equipo del que se esperaba que pudiera sacar provecho del envión anímico del clásico ganado ante Newel's. No pasó; anoche, volvió a mostrar las mismas carencias que se le habían visto a lo largo del torneo, y que no de casualidad lo tienen en el penúltimo lugar de la tabla y con apenas un partido ganado.

Los dos salieron con dibujos similares, 4-4-2. En el medio, San Lorenzo prevalecía levemente en la recuperación con la dupla Juan Manuel Torres-Ortiz; a partir de allí, trataba de salir rápido. Pero Hirsig no pesaba por su lateral, Ferreyra no era desequilibrante por el suyo, y para colmo, las lesiones sucesivas de Gastón Fernández y Bernardo Romeo obligaron a Ramón Díaz a modificar dos veces el esquema ofensivo. En suma: nunca quedó claro a qué jugaban los visitantes.

En Central, Kily González trataba de ser salida e intentar con remates de media distancia. Pero por lo demás, el equipo producía muy poco en ataque: Costa generó algunas proyecciones por derecha, pero a Damián Díaz se le notó que el rol de carrilero por izquierda no le queda cómodo.

Entre las limitaciones de los dos, salió un partido modesto, equilibrado hacia abajo. En esas condiciones, el primero que acertara tenía más de medio partido en el bolsillo. Y fue San Lorenzo el que lo hizo, en su primera llegada clara. Hirsig sacó un lateral rápido para Romeo, que entregó atrás a Ortiz; este mandó un centro preciso hacia el corazón del área y Silvera, de cabeza y sin marca, puso el marcador 1-0.

Central reaccionó, y aunque siguió siendo confuso, tuvo tres ocasiones claras para empatar. La primera fue cuando tras un córner Arzuaga le ganó a la marca de Hirsig, pero Orion respondió bien ante el remate del delantero. Poco después Belloso, solo, cabeceó desviado un centro de Costa.

Pero fue a los 39 minutos cuando se terminó de confirmar que la noche venía muy torcida para los locales. Tula derribó a Costa en el área y el árbitro Furchi sancionó el penal. Arzuaga se paró frente a la pelota, tomó carrera... y la mandó medio metro arriba del travesaño.

El panorama de Central empeoró a los 4 minutos del complemento, cuando Borzani se fue expulsado por doble amarilla. Así y todo los locales, empujados por su numerosa hinchada, buscaban más. San Lorenzo no se enloqueció y esperó su oportunidad. Que llegó pasada la media hora cuando, de tiro libre, Ferreyra metió un centro y Méndez lo peinó con precisión. El 2-0 liquidó el partido. Los goles de Vizcarra -tras buena jugada de Costa- y de Hirsig -definió bien desde un ángulo muy cerrado- pusieron las cifras definitivas.

Victoria contra Tigre

Nuestra victoria según Clarín:

Después de tres derrotas al hilo, el último campeón se reencontró con el triunfo. Sin embargo, perdió solidez y brillo, se volvió especulativo y no marca diferencias.
PRIMERO. HIRSIG, EN EL PISO CON ISLAS, PONE EL 1-0 PARCIAL. FUE DESPUES DE UN CABEZAZO DE MENDEZ.

La distorsión de sus lujos es, tal vez, lo que define a esta versión nublada de San Lorenzo. Una chilena de Santiago Hirsig, un taquito de Andrés Silvera -ambas jugadas con poca estética- lo hacen ganar al equipo de Ramón Díaz al margen de la limitada actuación frente a Tigre. Porque es el conjunto de Diego Cagna el que asume el rol protagónico pese a las distancias. Con juego, con buenas intenciones a las que, de vez en vez, les faltan puntadas a la red. Simplemente esa es la razón para entender los por qué de un triunfo que suma tan sólo para esconder pobrezas futboleras de un campeón sin corona.

Si son 19 minutos en los que Gastón Fernández enciende la luz del apagón. Si Osmar Ferreyra envía con su guante un tiro libre que saca Daniel Islas al córner. Si la Gata prueba de lejos para el lucimiento del arquero. Si tras el cabezazo de Sebastián Méndez es Hirsig el que empuja, en doble remate, al gol. ¿Por qué San Lorenzo renuncia, definitivamente, a jugar a lo que sabe? ¿Por qué entiende que hay que aferrarse a esa ventaja por el resto del partido? ¿Por qué irse a la casa de Agustín Orion hasta el pitazo final? No hay convicción en sus jugadores. Lejos está de ser lo que fue, sin esa soltura para la inventiva, sin esa actitud ganadora. Es borrosa la imagen, tímida, es la de un equipo que necesita sacar puntos para quién sabe qué. No es la de un aspirante al título. Es, más bien, la de un grupo de futbolistas que intenta maquillar un mal momento.

Con Román Martínez como eje de circulación, más las asociaciones de Diego Castaño y Néstor Ayala es Tigre quien tiene el control remoto del partido. No hay zapping, todo va en un mismo canal aunque le falte ese codificador para que el último pase tenga buena señal. Porque Juan Blengio se anima y pone una asistencia para Lucas Pratto, pero su definición sale afuera ante la buena salida de Orion. Porque es Blengio, otra vez, el que cabecea apenas desviado un tiro libre de Nicolás Torres. Porque Jonathan Bottinelli la peina justo para que Pratto no anote el empate. Porque Martínez alcanza a tocarla, pero es Orion el que se juega las manos y el triunfo. Méndez la saca del área con una palomita. Y es el final del partido. Un desenlace en el que San Lorenzo sostiene desde su espíritu -en algunos jugadores- tres puntos que valen para lamer heridas de eliminación en Copa Sudamericana y lejanía con el Apertura.

Aunque Bernardo Romeo -goleador en racha que espera su chance entre los suplentes- tenga ese mano a mano con Islas para asegurar la victoria, San Lorenzo encuentra un premio demasiado alto para el desarrollo. Porque el resultado poca relación tiene con el juego. Y cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia. Este equipo de Ramón Díaz desnuda confusión, respira poco fútbol y arrastra esos sueños en los que se pretende correr más rápido de quien persigue, pero siempre lo tiene cada vez más cerca. Así, con esta apuesta a la especulación, San Lorenzo tendrá cerca la chance de derrota. Y, lejos, su ambición de ser candidato. A Tigre le falta esa agresividad en el área y eso es, en definitiva, lo que marca la distancia. Un gol de chilena, otro de taco, una simulación de que lo supo ser.